domingo, 11 de enero de 2009

HISTORIA DEL ARTE- GOMBRICH

"No existe, realmente, el arte. Tan sólo hay artistas..."

En la introducción del libro, Gombrich nos habla de por qué hay obras que nos gustan y obras que no, de la belleza d euna obra y de como varían los gustos y criterios acerca de la belleza. Nos explica cómo un tema puede ser "feo" pero estar represnetado de forma "bella". La hermosura de un cuadro no reside realmente en la belleza de su asunto.

Otra dificultad a la hora de acercarse al arte la encontramos cuando lo que buscamos es admirar la destreza del artista al representar los objetos, y que lo que más nos guste sean los cuadros en los que algo aparece como si fuera de verdad.

"No existe mayor obstáculo para gozar de las grandes obras de arte que nuestra repugnancia a despojarnos de costumbres y prejuicios"

Muchas de las obras que están en los museos y galerías no se concibieron para ser gozadas artísticamente, sino que se hacían con un propósito definido. No existen reglas que nos expliquen cuando un cuadro o una escultura está bien, porque hay demasiadas variantes que tener en cuenta a la hora de juzgar una obra, como por ejemplo en el caso de la mayoría de las obras de antes del S.XVIII, de la intención del que encargaba la realización de dicha obra al pintor o escultor. En la mayoría de los casos, eran encargos con una temática y directrices ya estipulada por lo que el artista se limitaba a realizar dicho encargo.

No se se be como empezó el arte, en el pasado los cuadros y estatuas eran concebidos como objetos que poseían ua función definida. No somos aptos para comprender el arte d eotro tiempo si ignoramos completamente los fines a que sirvió.

"No podemos esperar comprender esos extraños comienzos del arte a menos que tratemos de introducirnos en el espíritu de los pueblos primitivos y descubrir qué clase de experiencia es la que les hizo imaginar la spinturas, no como algo agradable de contemplar, sino como objeto de poderoso empleo".

La historia del arte no es una historia del progreso, del perfeccionamiento técnico, sino una historia del cambio de idea sy exigencias. en el caso del arte primitivo o prehistórico no debemos tener la idea de que fueran obras realizadas con fines placenteros o decorativos, su creación era funcional y esta función tenía que ver con el poder atribuido a las imágenes que aún hoy tenemos en nuestra cultura.

No existe un hilo de unión entre el arte de las cuevas prehistóricas y nuestros días, pero sí existe una tradición directa, pasando de maestro a discípulo, y de discípulo al admirador o al copista, que relaciona el arte de nuestro tiempo con el Valle del Nilo de hace 5000 años, pues veremos que los artistas griegos realizaron su aprendizaje con los egipcios, y que todos nosotros somos alumnos de los griegos.

El arte egipcio tenía una función, operaba como hechizo y sus reprentaciones figurativas ayudaban al alma del representado a revivir a través de la imagen. La demonicación egipcia del escultor era "el-que-mantiene-vivo". En este arte no se fijaron más que en las cosas esenciales, convinaban la regularidad geométrica y la aguda observación de la naturaleza, lo importante no era la belleza, sino la perfección. La misión del artista era representarlo todo tan clara y permanentemente como fuera posible, cada cosa se representó desde el ángulo más característico, por ejemplo, los pies se representaban vistos desde dentro y las figuras de relieve parece como si tuvieran dos pies izquierdos, no hay que suponer que los artistas egipcios creyeran que las personas eran así, sino que se limitabana a seguir una regla que les permitía insertar en la forma humana todo aquello que consideraban importante.

No hay nada en el arte egipcio que dé la impresión que haya surgido por azar. Uno de los rasgos más estimables del arte egipcio es que todas las estatuas, pinturas y formas arquitectónicas se hayan en su lugar correspondiente, como si obedecieran a un aley. A esta ley, a la cual parecen obedecer todas las creaciones de un pueblo, la llamamos un "estilo". Gracias al "estilo" o normas, durante casi 3000 años o más, el arte egipcio varió muy poco.

El arte de Mesopotamia es menos conocido que el egipcio y esto se debe en parte a una causa accidental: no existían bloques de piedra en esos valles y la mayoría de las construcciones fueron hechas con ladrillos, que el paso de tiempo redujo a polvo. Pero también está el hecho de que ese pueblo no compartió con el egipcio la creencia religiosa de que el cuerpo humano y su representación debían ser conservados para que el alma persistiera.

Aunque los artistas de Mesopotamia no fueran contratados para decorar las paredes de las tumbas con tales fines, también tuvieron que asegurar, por distinto modo, el poder vivificador de la imagen. Este pueblo lo que desarrolló fue los monumentos conmemorativos de sus victorias en la guerra y tal vez pensaran que mientras la imagen de su rey se conservara con el pie sobre la garganta de su derribado enemigo, la tribu vencida no podría levantarse. El método seguido al representar esas escenas en cierto modo, es parecido al egipcio.

Diferente fue el arte creado en las islas del Mediterráneo Oriental y en Grecia y Asia Menos. El principal centro de esos dominios fue Creta, isla rica y poderosa, cuyo arte causó impresión incluso en Egipto. Aunque sólo conocemos el esplendor y la belleza de esta arte destruido por un prolongado convatir con las tribus belicosas de Europa a través de los poemas homéricos. Durante los primeros años de dominación, el arte de esas tribus era bastante rígido y primitivo, nada que ver con el alegre movimiento del estilo cretense, hasta parecen sobrepasar a los egipcios en cuanto a rigidez. De estas ciudades-estado griegas, Atenas llegó a ser la más famosa en la Historia del Arte y fue en ella donde se produjo la mayor y más sorprendente revolución de toda la Historia del Arte.

Esta revolución comenzó aproximadamente al mismo tiempo que se contruyeron los primeros templos de piedro en el s. VI A.C. Cuando los artistas griegos empezaron a esculpir en piedra, partieron del punto en que se habían detenido los egipcios y asirios, pero a diferencia de los egipcios que basaron su arte en el conocimiento, los griegos comenzaron a servirse de sus ojos.

Los escultores obtuvieron en sus talleres nuevas ideas y modos de representar la figura humana, a continuación siguieron los pintores, no sabemos de sus obras más que lo que nos dicen los escritores griegos, pero es importante saber que fueron incluso más importantes en su tiempo que los escultores. El único medio para hacernos una idea es observar la decoración de sus cerámicas.

Una vez quebrantada la antigua norma de que el artista debía mostrar todo lo que él sabía que pertenecía a la realidad, el artista comenzó a confiar en lo que él veía y así se descubrió el escorzo, esto es, que el artista ya no se propuso incluirlo todo, sino que tuvo en cuenta el ángulo desde el cual veía el objeto.

En esta época consideraban en su mayoría a los pintores y escultores como gente inferior, ya que trabajaban con sus manos y para vivir. En la época de la democracia ateniense sue cuado el arte griego llegó a su máximo desarrollo. En el año 480 A.C, los tenplos habían sido incendiados y saqueados por los persas, y ahora serían construidos en mármol, con un explendor desconocido desde entonces.

El escultor que labró las estatuas de los dioses fue Fidias, pero la fama de Fidias se cimentó en obras que ya no existen, ya que casi todas las estatuas del mundo antiguo fueron destruidas tras el triunfo de la cristiandad, porque era deber piadoso romper las estatuas de dioses paganos. En su mayoría las esculturas de nuestros museos sólo son copias de copias hechas en la época romana para coleccionistas y turistas y como adornos para jardines y baños públicos.

Las estatuas griegas eran concevidas como ídolos y poco a poco abandonaron la rigidez de las normas antiguas y el artista exploró la anatomía de los músculos y huesos y se dispuso a labrar una reproducción convincente de la figura humana, visible incluso bajo el fluir de los ropajes. Mirón consiguió una sorprendente sensación de movimiento por medio, principalmente, d euna nueva adaptación de los métodos artísticos antiguos, la figura del Discóvolo de Mirón representa el momento en que se disponía a lanzar el pesado disco, pero si tuvieramos que analizar si la postura es la correcta anatómicamente y si corresponde con la realidad que nosotros entendemos, veríamos que no es así, pero sí que es cierto que consiguió el efecto deseado y que si no nos planteamos dicha realidad, la damos por válida.

Lo que importaba a los artistas griegos era conseguir representar el cuerpo humano en cualquier postura o movimiento que pudiera expresar la vida interior de esas figuras:

"Debían expresar los estremecimientos del alma observando exactamente la forma en que los sentimientos afectaban al curpo en acción".

Con el arte griego, la distribución dejó de ser geométrica y angulosa, para pasar a ser holgada y flexible, produciendo una sencilla armonía.

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